La obra está configurada por dos piscinas; una de nado olímpico y otra de saltos ornamentales, delimitadas en su esquina sur poniente, por una tribuna en forma de ‘L’ que alberga en su basamento hermético, los equipamientos y servicios que permiten su funcionamiento. El proyecto se llevó a cabo en el marco de un concurso de arquitectura que tenía como objetivo establecer una continuidad entre el parque y la playa. Sin embargo, la propuesta debió modificarse en la marcha producto de la desfavorable mecánica de suelos. La piscina Olímpica de Arica, se alza a doscientos metros de la línea costera y a 3 m por sobre el nivel del terreno. Esta condición determina tanto la estratificación diferenciada de la obra según sus respectivas funciones —rasgo propiamente moderno— como la ejecución fragmentaria de la misma.
Dicha estratificación tiene un correlato en la construcción de la estructura de hormigón visto, por medio de la prefabricación de elementos pre y post tensados. La conjugación de éstos no responde necesariamente a la distribución natural de las cargas, sino que privilegia más bien, la continuidad de los elementos horizontales por sobre la de los verticales. Esto determinó la fabricación de un kit constructivo, compuesto por dos sets de costillas y una serie de piezas diferenciadas, las que debieron ser ensambladas según la lógica de capas.
La ciudad limítrofe de Arica, ubicada en el extremo norte de Chile, se consolidó durante su auge económico y cultural, como una suerte de laboratorio para la arquitectura moderna local. Producto de un sólido pero breve plan de inversiones integrales, la ciudad fue escenario de una serie de operaciones conjuntas que tuvieron como resultado la realización de numerosos proyectos culturales, habitacionales y de infraestructura. En un contexto favorable posibilitado por su condición de Puerto Libre, dicha iniciativa buscaba posicionar a la ciudad de Arica como un potencial polo de desarrollo y turismo a nivel tanto local como internacional. Ésta apostaba por fortalecer la conectividad entre Chile y sus países vecinos, descentralizando de paso, el acceso a servicios, infraestructura y cultura.
Este artículo se apoya en la Tesis de Magíster en Arquitectura PUC de Carolina Muñoz Awad, “Re-uso adaptativo del patrimonio arquitectónico de gran tamaño: la Piscina Olímpica de Arica”.
Escrito por Luciana Truffa
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