Hace solo unos siglos, la arquitectura apenas se pensaba como una profesión. Se enseñó en forma de aprendizaje, y algo que solo se podía aprender siguiendo a otros arquitectos que estaban dispuestos a ser su mentor, similar a un herrero medieval. A medida que el valor de la estética del diseño aumentó con el tiempo, los miembros ricos de la clase alta fueron capacitados para convertirse en diseñadores sin ningún estándar real ni pautas formales. El rápido avance hasta el siglo XX, dio origen al «arquitecto estrella», con la etiqueta de un «genio solitario» que fue famoso por la visión de un edificio a través de su manifestación como estructura construida.
Estas personas actúan como las figuras centrales de sus respectivos proyectos y, a menudo, se les ha atribuido el éxito de una obra, logrando rápidamente la fama individual. Si pensamos en Frank Lloyd Wright o Mies van der Rohe, sus nombres se asocian tan a menudo con sus proyectos que necesita un segundo para recordar que sus nociones estilísticas y las personalidades que brillan a través de sus prolíficas estructuras fueron creadas por un equipo de personas, no solo por el hombre o mujer en el centro de atención.
El campo de la psicología por sí solo ha tenido impactos masivos en la forma en que diseñamos los edificios. En un artículo compartido por la AIA, los psicólogos ambientales con frecuencia sirven como asesores en tipos de proyectos muy específicos, especialmente en edificios que deben considerar ciertos grupos: niños, hospitales, ancianos, enfermos y discapacitados. Según Setha Low, profesor de psicología ambiental en la City University of New York «Los psicólogos ambientales han podido proporcionar evidencia basada en datos para decisiones de diseño y planificación».
Y aunque estos consultores pueden no estar involucrados en el proceso de diseño, tienen la capacidad de hacer que el proceso de colaboración sea más holístico y proporcionar al equipo de arquitectura un conjunto de conocimientos que hará que su proyecto sea multidimensional. En el diseño de un aula, los arquitectos saben cómo crear las proporciones perfectas, el diseño de iluminación, la acústica y los colores. Pero en este caso, lo que proporcionan los psicólogos es la investigación basada en datos y los resultados probados que ayudarán a los arquitectos a mejorar las aulas, permitirán que los estudiantes estén mas atentos y prosperen en sus entornos.
Escrito por Kaley Overstreet | Traducido por Piedad Rojas
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