© Andrés Reisinger
La digitalización de los proyectos de arquitectura y de diseño ha comenzado desde hace ya un tiempo y se ha incrementado en la actualidad aún más debido, en gran parte, a la irrupción de la pandemia mundial. Oír hablar del metaverso, los NFT o los gemelos digitales pareciera ser moneda corriente en este momento, en el que la economía digital se encuentra en un gran auge y donde comienzan a proliferar los arquitectos y arquitectas como así también diseñadores y diseñadoras que buscan pasar del mundo físico al mundo virtual. Ahora bien, ¿será la virtualidad el futuro de la visualización arquitectónica?
Andrés Reisinger es un diseñador argentino radicado en Barcelona que junto a la arquitecta Alba de la Fuente han desarrollado un proyecto residencial para el metaverso inspirado en la estación más fría del año. Bajo el nombre Casa de Invierno, el proyecto comprende a una vivienda independiente virtual que se caracteriza por sus líneas geométricas claras y colores más bien calmos buscando transmitir una sensación de tranquilidad.
© Andrés Reisinger
Esta casa representa un paso más hacia la digitalización de interiores e inmuebles, siendo tan solo un proyecto preliminar de un estudio de arquitectura centrado en el metaverso que Reisinger está estableciendo junto a otros socios. Cabe preguntarnos entonces, ¿podrían abordarse las problemáticas de las nuevas formas de habitar desde una arquitectura virtual sin interacción? ¿de qué manera podrían utilizarse estas herramientas digitales en soluciones de carácter conceptual y también técnicas y operativas?
En una era de migraciones masivas, emergencia climática y demás conflictos que asechan, Reisinger trabaja mezclando lo que es el mundo del arte con el del diseño desarrollando desde la generación de imágenes en 3D hasta su concreción física como fue el caso de su Silla Hortensia. Desde el diseño de la Casa de Invierno, buscan fusionar el interior y el exterior encontrando un equilibrio que posibilite el perfecto escondite invernal. Combinando diferentes movimientos arquitectónicos, se inspiran en los diseños de principios de la década de 1960 de Dieter Rams para proponer como soporte del edificio una gran estructura de hormigón que brota del suelo. Su piso flotante se yuxtapone con los paños vidriados que se extienden de piso a techo y permiten el ingreso de luz natural a los espacios.