Espacio de coworking TOMORE zero / SIDES CORE. Imagen © Takumi Ota
«Innovación» y «pensamiento de diseño» pueden ser dos de las expresiones más utilizadas tanto en línea como fuera de línea durante la última década. Para responder a la necesidad global de «cambiar el status quo», empresas bien establecidas, nuevas empresas e incluso universidades han comenzado a utilizar este enfoque para generar nuevas formas de resolución de problemas y desarrollo de nuevos productos, teniendo en cuenta su atractivo, conveniencia y viabilidad. Y con eso, se concibió un nuevo arquetipo: el design thinker, una persona que tiene un conjunto de herramientas creativas para generar algo disruptivo. Entonces, ¿cuál es el significado del pensamiento de diseño y cuál es su relación con la arquitectura?
¿Qué es el pensamiento de diseño?
Aunque el término ha ganado una inmensa popularidad en los últimos años, una de las primeras veces que se mencionó el «pensamiento de diseño» fue en el libro «Ingeniería creativa» de John E. Arnold, publicado en 1959. Arnold, quien fue profesor de ingeniería mecánica en Stanford, conocido por ser un pionero en involucrar el pensamiento creativo en su trabajo, explicó que este enfoque particular tiene la capacidad de resolver problemas existentes o proponer una forma completamente nueva de usar un producto, reducir los costos de producción y aumentar las ventas. Otros académicos afirman que el origen del pensamiento de diseño fue en la década de 1960, cuando los profesores universitarios intentaron «cientificar» el diseño al comprender sus características, influencias, procesos y metodologías. Décadas más tarde, la terminología encontró su camino en muchas disciplinas, utilizando la creatividad como un medio para abordar la demanda cada vez mayor de innovación, especialmente después de que las empresas se dieran cuenta de que no podían desarrollar productos y servicios nuevos y novedosos para satisfacer las demandas de sus clientes y mantenerse por delante de la competencia.
El pensamiento de diseño es un enfoque centrado en el ser humano para la resolución de problemas que utiliza la forma en que los consumidores interactúan con un producto como base para desarrollarlo más, en lugar de confiar únicamente en la investigación teórica, suposiciones e hipótesis. Al contrario de lo que podría implicar el nombre, esto no significa necesariamente que el pensamiento de diseño sea aplicable exclusivamente a los sectores del diseño, como el diseño industrial o de productos, sino que también se puede aplicar a todos los modelos de negocios, sin importar sus géneros o mercados. ¿Por qué «diseñar» entonces? Los diseñadores han sido valorados durante mucho tiempo como pensadores y productores «fuera de la caja» a quienes se les enseñó durante su formación académica y los primeros años de práctica los métodos y herramientas para producir nuevos materiales disruptivos.
En respuesta a los cambios modernos en las tendencias y los valores de los consumidores, los creativos analizan las experiencias de los usuarios con un enfoque práctico que prioriza las necesidades de los consumidores. Uno de los sellos distintivos del pensamiento de diseño es el desarrollo de un entendimiento con el usuario final, permitiéndole formar una conexión sostenible con el producto. Dado que el proceso deja de lado el pensamiento analítico y favorece esta exploración del producto y la relación con el usuario, abarca diferentes modos o fases que consisten en análisis de contexto, observación, búsqueda de problemas, lluvia de ideas, ideación, pensamiento creativo, desarrollo de bocetos, prototipado, pruebas y evaluación (las fases no siempre son secuenciales). Y dado que la innovación es un proceso interminable, el pensamiento de diseño también es infinito, por lo que la serie se puede repetir con cada actualización deseada.
¿Cuál es el papel de los arquitectos en el pensamiento de diseño?
Además de los diseños de edificios, la mayoría de las escuelas de arquitectura dedican al menos el primer semestre de su programa a capacitar a los estudiantes sobre cómo utilizar sus estrategias de pensamiento libre. Durante este período, los estudiantes aprenden sobre el proceso creativo del diseño, con énfasis en la expresión individual, la experimentación y el análisis crítico, así como la fundamentación de los aspectos teóricos y técnicos de la profesión. Estos cimientos permiten a los arquitectos mirar más allá del entorno construido como un espacio funcional y verlo como una respuesta física a las demandas urbanas, comunes y ambientales. En otras palabras, los arquitectos piensan de la misma manera que los diseñadores gráficos, de productos o de interfaces, simplemente implementan en diferentes medios.
Oficina central de BOHO Décor / BOHO Décor.Imagen © Hiroyuki Oki
Como se mencionó anteriormente, las empresas, los productos y los servicios de hoy se centran en la innovación, y para innovar, uno debe tener la capacidad de diseñar o integrar el diseño en una organización para fomentar un entorno que acoja la creatividad. Este enfoque ha convencido a muchos arquitectos que creen que la práctica arquitectónica era demasiado sistemática o estancada para migrar a áreas como el diseño de UX, la consultoría de diseño, las especializaciones en innovación de productos y negocios, y las operaciones de investigación y desarrollo, poniendo en práctica su forma de pensar. Los arquitectos también combinaron ambos mundos para apoyarse en sus estrategias de pensamiento de diseño para desarrollar nuevos sistemas para ciudades, edificios y comunidades que estén diseñados para satisfacer las necesidades de los usuarios, en lugar de una planificación estandarizada.
Ondas de Hormigón / G8A Arquitectura y Urbanismo. Imagen © Hiroyuki Oki
Sin embargo, la presencia de arquitectos en las discusiones sobre el pensamiento de diseño sigue siendo mínima. Muchos atribuyen esta ausencia a la reputación de ser demasiado ordenados o de nicho, mientras que otros culpan a «la creciente complejidad de la práctica arquitectónica», ya que los edificios contribuyen a un ecosistema sociocultural mucho más grande y los arquitectos luchan por explicar sus procesos intuitivos. Por otro lado, los arquitectos pueden hacer uso del módulo de pensamiento de diseño para cambiar o avanzar en las prácticas arquitectónicas actuales, que parecen tener brechas obvias.
Escrito por Dima Stouhi | Traducido por Piedad Rojas
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